FAMILIA CABEZAS

La familia Cabezas se arraigó en Ushuaia con don Benigno, un español nacido el 21 de Junio de 1877 en Montealegre, León, en el hogar de Antonio Cabezas y Felipa Rojo, matrimonio que además tendría dos hijas, Maria y Baldomera. Llegó a Tierra del Fuego aproximadamente en 1908.

Benigno Cabezas

Capitales franceses se había introducido en la Isla Grande, Navarino, Picton, Lennox y Nueva, mediante la instalación de dragas destinadas al lavado de arenas auríferas y los aserraderos de Bahía Almirante Brown, Puerto Almanza, Puerto Remolino, Puerto Túnel y Bahía Lapataia ("El Fueguino” N° 9, 14 de Diciembre de 1902). El "material", como lo llamaba la gente que manejaba tales dragas, circulaba por tubos de hierro de un largo de diez metros, por cincuenta centímetros de diámetro y siete milímetros de espesor, un reborde con perforaciones para los tornillos que los unía y así se transportaba el material consistente en agua y arena que una poderosa bomba hacía llegar al sector. La extracción del oro fue un fracaso, y las compañías de origen francés quebraron o entraron en falencia económica. En esta situación había muchos operarios a quienes se adeudaban importantes sumas de dinero. Al producirse el quebranto la mayor parte de ellos se trasladó a Ushuaia, donde ya había comenzado la construcción del Presidio y Cárcel de Reincidentes. Emilio Freile, Delfín Colelle y Benigno Cabezas eran las gentes a quienes se les adeudaban salarios; la compañía por intermedio de su administrador no tuvo otro recurso que abonarlos con parte de las máquinas y materiales que se desarmaron.[1]

Dedicado a la actividad privada, Benigno llegó a ser dueño de un aserradero construido por una empresa francesa en el río Buena Esperanza, que le había comprado a Don Luis Fique. El Glaciar Le Martial al oeste de Ushuaia, da origen al nacimiento del arroyo de Buena Esperanza; a la altura del hoy Barrio Almirante Brown, una represa dividía un caudal que mediante canaletas hechas de tablones de madera regional llevaba el agua a una natural depresión del terreno que en un desnivel de unos veinticinco metros de altura llenaba un cajón cuadrangular que mantenía un peso aproximado de treinta mil litros de agua que descargaba sobre una rueda de hierro dividida por pequeños compartimientos, la que accionaba por correas dos ruedas de transmisión.[2]

Además de este aserradero, Don Benigno también estuvo vinculado al Aserradero  Lapataia. Nos cuenta su hijo José:

“En su inicio perteneció a una compañía de capital francés y estaba instalado en el predio que hoy ocupa el Destacamento de Policía, pasando el puente que cruza el río que forma la desembocadura del Lago Roca. Aún subsiste en el lugar una pequeña caldera de vapor que seguramente prestó servicios auxiliares. La madera se extraía de ambas márgenes del lago entre los hitos fronterizos XXIII y XXIV. El hito XXV se encuentra emplazado en las alturas de una sierra que tiene forma de rombo y que cae cortada a pique casi sobre el Canal de Beagle con una altura que oscila entre los 800 y 1.000 metros. En el aserradero Lapataia se hicieron grandes trabajos y obras que aún se pueden apreciar, es la desembocadura del lago y en el lecho del río que evacua sus aguas en el mar, una gran empalizada que lo divide en dos brazos: uno forma el Ovando y el otro va a morir al estuario; esta división servía para clasificar los rollizos que hasta la desembocadura remolcaba una lancha que se hundiera a pique en el Lago Roca, sector argentino, y que hace unos años el Club Náutico de Ushuaia intentó localizar para rescatar algunas piezas con destino a un proyectado museo. Las corrientes y la arcilla en suspensión provenientes de un glaciar situado en territorio chileno han de cubrir la lancha con una gruesa capa de limo.

He mencionado el brazo del río Ovando, que lleva este nombre en memoria del fallecido ex-diputado nacional Don Juan Ovando, que fuera secretario de la Cámara. Este señor adquirió en compra, el aserradero a la Compañía Francesa, el fracaso económico ya estaba en evidencia; fueron varias las causas: la gran distancia de la metrópoli y carencia de bodegas; en el bosque de lenga (notofhagus Antartica) además de encontrarse totalmente enfermo, escaseaban sus grandes ejemplares; algún otro factor que escapa a mi memoria provocó la quiebra y el retiro de la compañía. El señor Ovando tuvo trato comercial con los hermanos Federico, Martín y Alberto Lawrence que habían comprado la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, estos señores propusieron al señor Ovando que se asociara con mi padre, Don Benigno, en carácter de socio industrial. Al hacerse cargo, mi padre se encontró con que faltaban muchas máquinas, herramientas y elementos que figuraban en el inventario, por lo que se suponía que su desaparición tenía que haberse producido por dos caminos: las embarcaciones que llegaban al puerto o los senderos de los vecinos fronterizos; aquí hizo cuerpo la sospecha porque al poco tiempo se instaló un aserradero.

El aserradero Lapataia cuando inició sus actividades a comienzos del siglo fue una avanzada de civilización y progreso argentino, no solamente por su aspecto de producción industrial, sino porque muchas personas, que después se afincaron en Ushuaia, han dejado para la posteridad grandes ejemplos de espíritu de trabajo, de honestidad y moral. Entre ellos se cuenta el señor Don José Romero, padre de veinticuatro hijos, todos nacidos en Ushuaia. Además construyó gran cantidad de casas de madera y zinc que aun hoy subsisten. Mi padre hizo algunos embarques de madera pero las necesidades hicieron que la Armada Nacional retirara el transporte de estación y se careciera de bodega para la exportación de madera. Enfermó el señor Ovando y como el Gobierno Nacional le cediera unas tierras, donó el Aserradero Lapataia al Consejo Nacional de Educación.”

En el año 1923 se anunció el cierre definitivo de la Sociedad Anónima "Importadora y Exportadora de la Patagonia", según se dijo por haber experimentado grandes pérdidas en su balance, atribuyéndose a su gerente señor Lumberg la mala conducción de los negocios. Vendieron la casa principal; un pequeño vaporcito que se llamó "Weisman" y que fue capitaneado por el señor David Beros. Benigno adquirió, en sociedad con Eusebio Cabezas, cincuenta animales vacunos que fueron llevados a la costa sur-oeste del Lago Roca para su pastoreo y la reproducción llegó al número aproximado a doscientos y que pastaron siempre entre los Hitos XXIV y XXV.

Los evadidos formaban parte del primer grupo de políticos radicales detenidos después del golpe militar de 1930. Trasladados a Ushuaia, y aunque en sus escritos posteriores hablan del martirio sufrido, lejos estuvieron de sufrir las penurias de los presos comunes que poblaban el penal. Estos presos políticos se alojaban en las casas de los vecinos, las casas de Fique, Martínez, Sanz, e incluso hubo alguno en la casa de don Benigno.

Varios viejos documentos de la capital fueguina hablan de "José Cabezas", sin que podamos saber hasta el momento si se trata de la misma persona. El mas antiguo es tal vez el prontuario producido a causa de un incendio en un prostíbulo de Ushuaia, que regenteaba una madama llamada Juana Rodríguez. Este José mencionado en el expediente era empleado en el aserradero de Don Luis Fique, y fue uno de los primeros en acudir a apagar el incendio. Dice su declaración:

"En Ushuaia, capital del territorio Nacional de Tierra del Fuego, a nueve días de Enero de mil novecientos quince, hice comparecer ante la Comisaría de Policía a una persona con el objeto de prestar declaración, quien previo juramento de Ley que le fue tomado manifestó decir verdad en todo lo que supiese y le fuese preguntado e impuesto de las penas en que incurren los que se producen con falcedad (sic) las que le fueron explicadas. PREGUNTADO por su nombre, edad, nacionalidad, estado, profesión y domicilio, dijo llamarse José Cabezas, Español, de veintiocho años, casado, jornalero y domiciliado en esta localidad. PREGUNTADO diga el declarante si tiene conocimiento de un incendio producido en el día ocho del corriente a las tres por la mañana en la casa de prostitución de la mujer Juana Rodríguez, dijo que si tiene conocimiento por haber acudido en los primeros momentos. PREGUNTADO diga el declarante todo lo que sepa a este respecto y si al concurrir a el vio algunas personas a los alrededores de la casa, en este caso como se llaman, dijo que no puede precisar la hora pero que era temprano en la mañana del día de ayer, sintió que llamaron en el aserradero en voz alta avisando que había fuego, a esto se levantó el declarante y vio que era el Capitán quien hablaba, entonces este llevando una lata del aserradero, se dirijio (sic) al punto donde era el incendio, el cual se produjo en la casa que ocupaba la mujer Juana Rodríguez, saliendo seguidamente el declarante y al llegar a la casa que se incendiaba también estaba un gendarme a quien no se fijo quien era, llegando seguidamente varios otros gendarmes mas pero que no vio otras personas a los alrededores del sitio del incendio, a mas que con el apuro de salvar los útiles y demás cosas del incendio, no era posible ver si había espectadores. PREGUNTADO diga el declarante si notó que el incendio haya sido producido intencionalmente o casual, dijo que el Capitán lo llamó al declarante y le dijo que se fijara que había allí a donde empesó (sic) el fuego como si fueran pajas y que allá también estaba roseado (sic) de kerosen, pero que al declarante no le constaba si efectivamente era así, ni tampoco puede decir si era fuego intencional. PREGUNTADO diga el declarante si sabe que haya habido desgracias personales, en este caso diga quienes, dijo que no hubo. PREGUNTADO diga el declarante si sabe que los muebles y edificio esté asegurado en este caso diga en que compañía en que valor, dijo que ignora. PREGUNTADO diga si sabe algún indicio que pueda servir de esclarecimiento para ver el autor del fuego, dijo que ignora. PREGUNTADO diga el declarante si tiene algo más que agregar, […] o […] a la presente, dijo que no. Con lo que terminó el acto previa lectura se ratificó firmando por ante el que suscribe para constancia.

Firma: José Cabezas

Firma: Crio. Inspector"

En el libro 1918, "La Protesta", el diario de la Federación Obrera Regional Argentina, publica "El Presidio de Ushuaia, impresiones de un observador" escrito por Marcial Belascoaín Sayos. Este escrito fue motivado por los malos tratos y torturas recibidos por el anarquista Simon Radowitzky en el penal, que ese año había alcanzado su  cenit con la violación de Radowitzky por parte del subdirector del penal, Gregorio Palacios, y tres guardiacárceles. Los nombres de los guardias: Alapont, San Pedro y José Cabezas. El texto de Belascoaín Sayos dice:

"José Cabezas es un degenerado; fue echado del presidio por ladrón: lo sorprendieron robándole materiales al ingeniero del mismo, señor Docal, y se mezcló con esto la comprobación del delito de pederasta activo y pasivo, por lo que fue expulsado.

Palacios, burlando leyes en vigencia, lo hizo ingresar de nuevo al presidio; este señor es absoluto allí, y como el vil Cabezas se arrastra y es instrumento fiel que secunda todo plan del negro, le era necesario y de nuevo lo llevó a su lado; no pueden vivir sin olfatearse mutuamente sus hediondeces morales.

Júntese todo lo abyecto, lo vil y lo execrable, lo mas bajo, lo mas infame y no se resumirá tanta inmundicia como la que rebalsa de esta alma infecta.

Cobarde con el libre, es abusador con el cautivo; su placer es pegar, hacer daño; martirizando, goza. No hay palabras para describirlo ni parangón para compararlo; está mas bajo aún que el crimen y la aberración."

Y como si esto fuese poco, aclara también:

"Es conocida la baja y vil condición de pederasta activo y pasivo del celador José Cabezas.

Fue expulsado de la cárcel porque conjuntamente con un robo de chapas de cinc se le comprobó las relaciones amorosas con un penado.

Un hombre que no sea de esa repugnante condición, jamás puede ser protector de vicios..."

Aunque el escrito abunda en descripciones de este tipo, y se refiere en términos parecidos a casi todos los miembros del Penal, aunque supongamos una exageración de parte del autor, no es un pariente que uno desearía tener. Para mas datos, finalmente los tres guardias fueron separados de sus cargos definitivamente después de esta denuncia...

Finalmente, en 1936 se inicia el trámite de sucesión de José Cabezas López, español, casado en España el 12 de Septiembre de 1908 con Emilia Cabezas García, con la que tuvo dos hijos: Antonio Nicanor, nacido en España el 1° de Julio de 1909; y Aurelia Antonia, nacida el 17 de Enero de 1914. El bien en sucesión es una casa ubicada en el Lote N° 1 manzana N° 27 dentro del ejido urbano de Ushuaia, con una superficie de de mil seiscientos metros cuadrados, título de propiedad N° 14.057, suscripto por el presidente Agustín P. Justo, otorgado a favor de José Cabezas por decreto dictado con fecha 17 de Febrero de 1937. El presidente de la Comisión de Fomento, Don Alejandro Fadul, valuó la propiedad en $1500. Para el momento del trámite sucesorio la propiedad estaba alquilada por José Ceccatto.

Otro Cabezas residente en Ushuaia era Ángel, cuyo prontuario de la Policía de la Gobernación de Tierra del Fuego, N° 3929, abierto el 26 de Noviembre de 1931, dice que era nacido el 16 de Diciembre de 1904 en Beziers, Francia; hijo de Manuel Cabezas y María García; llegado al país en 1921.  El mismo prontuario, abierto para solicitar un certificado de buena conducta y obtener su cedula de identidad, dice que Ángel tenía un hermano, de nombre Manuel, viviendo aun en España para esa fecha. De este Ángel Cabezas existen en el Museo del Fin del Mundo algunas fotos, con anotaciones que dicen que fue asistente del Director del Presidio entre 1925 y 1932; y también que tuvo un Bar llamado "El Tropezón" en la intersección de lo que hoy es San Martin y Juana Fadul. En una de esas fotos en el bar se lo ve junto a "su tío", del cual no se menciona el nombre. El 12 de Diciembre de 1928 la Comisión de Fomento le dio permiso para organizar una rifa. Los premios eran un caballo y un apero, pero el detalle mas curioso es que la autorización no dice si se trataba de algo para beneficio propio o para algún otro. Angel Cabezas a la derecha Angel Cabezas en "El Tropezón" Angel Cabezas y su tio en el bar Angel Cabezas

Angel Cabezas

Volviendo a Benigno, tuvo muchas otras actividades en Ushuaia. Le compró el bar al español Pedro Mata, en la esquina de Gdor. Godoy y calle Nº 10. También fue dueño de una fábrica de soda de las que se tapaban con una bolita, donde además producía una bebida gaseosa que era la delicia de los niños del pueblo, que esperaban cumpleaños y fechas especiales para consumirla. Tata Fique recuerda que la fábrica era un cuartito de 3 x 3, muy pequeño, casi en la esquina de Godoy (hoy San Martín), y su hermana Luisa cuenta que Benigno era un poco malhumorado para atender su negocio. Nela Beban dice que hacían una bebida de naranja, pero Tata dice que era limonada (dice que puede ser que hubiera de las dos, ella no recuerda la de naranja, pero quizá “porque no me gusta la naranja a mi”). María Cabezas recordaba que ella y su hermano Vicente hacían el reparto de la soda en un carrito tirado por un burro, y que cuando llegaba la hora de su comida, el burro emprendía el regreso a la casa sin que hubiese forma de convencerlo de seguir con el trabajo, incluso a veces dejando un desparramo de mercadería sin entregar.

Para 1920 o aun antes las primeras carretas de Ushuaia las tuvieron la cárcel, Benigno Cabezas, Antonio Insúa, Anselmo Arias, Emilio Fernández, Saturnino Pastoriza y otros.

Fotografía de un picnic en Ushuaia, el primero a la izquierda es Benigno Cabezas, a su derecha José Salomon. Se puede ver entre otros a Juan Martin Lawrence.

Don Benigno Cabezas se había casado en España con Agustina García, nacida en 1886, hija de Vicente García y María Alvarez. A la fecha de emigrar, Benigno y Agustina tenían cuatro hijos. La historia oral de la familia dice que la familia de Doña Agustina vivía en Marsella, Francia, y durante una temporada allí, exiliados de España por razones políticas, habrían nacido sus hijos Francisco, Antonio y José. Esta historia no ha podido ser comprobada, Francisco y Antonio nacieron en Paris, no en Marsella, y mas bien pareciera ser que la estadía de la familia en Francia tuvo que ver con el trabajo de Benigno en la empresa que luego lo llevaría al sur. La Sra. de Cabezas llegó a la Argentina junto a sus hijos Francisco, Antonio y José, el 22 de Noviembre de 1915, en el buque Tubantia, procedente de Vigo.

Don Benigno tenía su casa sobre la calle 10, número 55, a mitad de cuadra entre San Martín y Godoy (hoy Maipú y San Martín), al lado del almacén de la familia Beban. En Ushuaia nacieron tres hijos mas: Felipa, Maria y Vicente.

Francisco Cabezas

Antonio Cabezas

José Cabezas

Felipa Cabezas

Maria Antonia Cabezas

Vicente Cabezas

El hijo mayor de Don Benigno era Agustín Cabezas, que suponemos fue nombrado así por su madre, Doña Agustina. Posiblemente llego a Ushuaia con su padre, antes de la llegada de su madre y sus hermanos. Los registros del CEMLA nombran a un Agustín Cabezas, de 11 años, llegado al país el 15 de Octubre de 1914 en el barco P. de Satrustegui, procedente Vigo. Fue empleado de la Policía de Tierra del Fuego y protagonista de un romance que culminó en un hecho de sangre muy notorio en su época, detalladamente documentado por Arnoldo Canclini en el segundo volumen (Reclusos y liberados) de su obra "El Presidio de Ushuaia".

Arriba: Francisco Cabezas y su hija Peti; Vicente Cabezas y ?; Quela; ? Abajo: Coco Cabezas; Tito Romero; Chupi Cabezas

Coco Cabezas; Vicente Cabezas; ?; Tito Romero; ?; Quela; Chupi Cabezas; Pety Cabezas y Francisco Cabezas

Coco Cabezas; Tito Romero; Chupi Cabezas; Vicente Cabezas; ?; ?; Quela. Arriba asoma Pety Cabezas en brazos de su papá, Francisco Cabezas

Francisco Cabezas y su hija Peti; Quela; ?; Coco Cabezas; Tito Romero; Chupi Cabezas

Maria Cabezas y Felipe Romero con sus hijos Tito y Perla; y Francisco Cabezas y su esposa Elvira Macias con su hijo Pancho. Tres mujeres no identificadas.

Francisco Cabezas y su esposa Elvira Macias con su hijo Pancho en Buenos Aires.

Marina Cabezas a la izquierda, los otros no identificados..

Antonio Cabezas, nacido el 18 de Enero de 1908 a las seis de la tarde, en la calle Rue de la Revolte numero 208, en Llevallois Perret, Paris, Francia, según su acta de enrolamiento, era el tercer hijo de Benigno y Agustina Cabezas. Fue guarda sanitario en el Hospital de Ushuaia, bajo la dependencia del médico Director que enviaba el Departamento Nacional de Higiene. De esta tarea, cuenta su hermano José en su libro:

"Una de las obligaciones de mi hermano era la de concurrir al puerto a la llegada de cualquier embarcación para conocer el estado sanitario de pasajeros y tripulantes e informar al médico la novedad. Se supo previamente que regresaba de Isla de Lennox el cutter "Juno" con un herido; me llevó mi hermano hasta el muelle en momentos que atracaba el cutter y acompañado por dos marineros de la Subprefectura fue mi hermano quien puso el pie sobre cubierta e ingresó a su interior. Luego de unos minutos, Esteban Martinich que comandaba el "Juno", empezó a retirar los cuarteles de bodega, quedando al descubierto un hombre en posición de cubito-dorsal que tenía sobre la región abdominal una cantidad de paños blancos, seguramente sábanas, totalmente empapados en sangre como manifestación de una gran hemorragia, me asusté muchísimo y dando media vuelta inicié veloz carrera hasta mi casa. Veinte minutos después observé que el herido ingresaba en camilla al Hospital. Horas más tarde nuestro hermano nos puso al tanto de lo ocurrido: la isla de Lennox estaba poblada con cien animales vacunos introducidos allí por Don Pedro Pechar procedentes de Ushuaia en el año 1927. Los cuidaban Marcos Pechar, hermano del propietario, fallecido recientemente en Río Grande; y un legendario personaje que posteriormente fue agente de Policía y que había sido preso militar en Isla de los Estados, me refiero a Don Ignacio Mercado. El herido era Don Mariano Jurievich, que se había unido a los nombrados; las heridas que presentaba se las había producido un toro enfurecido que lo embistió. Debe tenerse presente qué la hacienda en ésas soledades se torna enseguida arisca y salvaje. Las heridas provocadas no fueron de gravedad, curando pronto, así es que a los pocos días Don Mariano tomaba sol en la vereda del Hospital, contándonos el accidente, con alguna interjección de por medio en idioma yugoslavo y gruesos calificativos para el animal que lo corneó..."

Antonio Cabezas, de traje y moñito y cigarrillo en mano, en una excursión al Monte Cervantes en el lugar donde se hundió.

Foto tomada el 22 de Enero de 1933, donde también se puede ver a Aníbal Eiras, Amanda E. Beban y sus hijos Marta, Tomasito y Zulema, y otros.

(Gentileza de Amanda Alicia Beban)

Otro recuerdo de Antonio en sus labores de enfermero, según cuenta Luisa Fique de Bronzovic, era cuidar a su madre, Doña Damiana Francia, de su pierna engrangenada luego de una fractura, producto de la cual falleció el 25 de julio de 1934. Estando en cama, Doña Damiana fue visitada por los Dres. Luis Güemes y Ricardo Rojas, en ese entonces confinados políticos en el territorio. El día de su muerte y velatorio la gobernación del territorio le tributó una guardia de honor de 48 horas. Tal vez de esas mismas visitas a la casa familiar, Tata Fique recuerda la respiración agitada de Antonio, que era un fumador empedernido. Luisa Fique trae otro recuerdo: siendo chica se quemó la pierna con una lámpara de kerosene, y Antonio estuvo varios días curándola con la tela que se forma pegada a la cáscara del huevo, que le aplicaba diariamente sobre la quemadura.

Antonio Cabezas

Pasados los treinta años Antonio formó pareja con Catalina y tuvieron a su hija Agustina, a la que Antonio impuso el sobrenombre de "Chupi". Se trasladaron a Río Grande en el año 1943, a trabajar en la sala de emergencias que instaló allí el Dr. Zerpa. Al finalizar esta estadía en el norte de la isla, y cerrado el presidio de Ushuaia, Antonio se trasladó a la ciudad de Buenos Aires, a trabajar en el penal que se encontraba donde actualmente se halla la plaza Las Heras. Vivía en un hotel en la calle Paraguay 2654. Falleció allí pocos años después. Catalina y su hija volvieron a Ushuaia, donde residieron un tiempo en la casa familiar, habitada por ese entonces por María Cabezas y su esposo.

Ya jubilado, vivió en Córdoba, donde falleció; antes sentó un ejemplo escribiendo un interesante libro de recuerdos, como el patriótico título de "Presencia argentina en el Canal de Beagle". Allí cuenta una graciosa anécdota que involucra a sus hermanos:

“El invierno del año 1925 fue excesivamente riguroso, bajas temperaturas y la gran cantidad de nieve caída cubría los techos de zinc de las casas de Ushuaia…

… El transporte Río Negro había zarpado para Buenos Aires en los últimos días del mes de abril, a mitad de Mayo circuló la noticia de que se estaba agotando la provisión de azúcar blanca y refinada…

…Finalizó julio y no se tenía noticias del regreso del Río Negro. Los que empezaron a sentir ansiedad y torturas psicológicas fueron los fumadores, entre ellos tenía yo dos hermanos, que en principio consiguieron aprovisionamiento haciendo viajes a caballo hasta algún puesto vecino de algún campo, cuyo puestero podía tener alguna reserva de tabaco Mondial, Ernesto Krund en Puerto Pipo les proveyó de medio paquete. Finalizaba Agosto y no quedaba una sola hebra, y sin noticias del Río Negro. Mis hermanos se habían fumado los últimos y bien guardados puchos, y ya se observaba el mal carácter por no poder despuntar el vicio, cuando un día Francisco volvió del trabajo contento y alborozado porque había encontrado un sucedáneo del tabaco; dijo a otro hermano que había que conseguir hojas secas de calafate (Barberis Buxifolia). Como hay abundancia de este arbusto a escasos metros de la población salieron de inmediato en su búsqueda. En horas de la noche observé a mis hermanos picando las mentadas hojas y luego armar un cigarrillo, el que al darle las primeras pitadas me di cuenta que no tenía aprobación, dijo Francisco que el gusto era muy picante y que le habían recomendado que si no andaba así, mezclara las hojas de calafate con las de repollo. Al día siguiente probaron esta mezcla quedando más satisfechos. Llegó el transporte en los primeros días de octubre y con su arribo se acabaron las privaciones y necesidades.”

Felipa nació el 02 de Febrero de 1917, Antonio Viloria y Antonia García fueron sus padrinos en el bautismo oficiado por el Vicario Foráneo Javier Bäbbig el 12 de Abril de 1924 en la parroquia de Ushuaia, ceremonia en la que también fueron bautizados su hermano Vicente y su hermana Maria. Falleció a los 17 años, en 1934. No sabemos muy bien que se la llevó, tan joven, pero unos viejos papeles nos hablan un poco de ella. Cuatro cartas de amor y un poema que un tal Jorge Medina le escribe entre Septiembre y Octubre de 1933.

Poesía

Maria Antonia Cabezas nació el 16 de Julio de 1918 (aunque su partida de bautismo dice 16 de Febrero, la misma fecha que su hermano Vicente, es posible que sea un error de anotación, pues Maria y Vicente fueron anotados en el libro de bautismo el mismo día). Manuel Castro y Felisa Boy fueron sus padrinos en de bautismo.

Luego de años de estar en pareja, se casó el 14 de Octubre de 1947 con Felipe Romero, hijo de Bonifacio Romero y Dolores Almirón, nacido en Curuzú Cuatía el 23 de Junio de 1903, provincia de Corrientes, y llega a Ushuaia para trabajar en el Presidio. Los testigos de la boda fueron Tomasito Beban y Delia Bibe.

Para distinguirlos de la familia del pionero don José Romero, se conocía a la familia de Felipe y María como “los Romerito”, y tuvieron una larga y reconocida presencia en la vida de la ciudad.

Una de las fugas mas conocidas del penal fue la de Manuel Nieves o Roberto García, alias “el flaco de Mataderos", el 14 de Noviembre de 1944. Compró algo de comida en el comercio del español Servando Dieguez con un dinero que supuestamente había ganado vendiendo un trabajo manual, y después se dirigió a la Iglesia, donde realizo una abertura de unos 50 cm en el entretecho de la base, donde permaneció escondido hasta el día 20, según él por la sed. Fue reconocido por José Cabezas, que fue rápidamente a llamar a su cuñado, que le dio conversación al prófugo y lo convenció de entregarse a la policía. “El flaco” le dijo a Romero que desde su escondite había observado los movimientos de su familia y de la familia Beban, que también eran vecinos a la Iglesia, pero que no les había hecho nada porque “usted siempre fue muy bueno allá adentro (del penal)”.

Cerrado el presidio entra a trabajar en Aerolíneas Argentinas (Aeroposta), y como tenía un automóvil, también hacia de chofer de la conocida madama Carmen "Coca" Egues, quien además tenía su depósito de bebidas en el garaje de la casa de la familia. Felipe Romero también se hizo cargo de las propiedades de la familia Cabezas, el bar y la chacra de la que se ocupaban don Milcíades Orellana y el "paisanito Perez", y posteriormente don Luciano Preto le ordeñaba las vacas. Durante la Revolución del 55, aloja en su casa y en la de su cuñado Vicente a las familias de Jorge Antonio, Cámpora, Aloé (Gob. Pcia. Bs. As) y otros; y se ocupaba de llevarlos a ver a los detenidos en la Base Naval, donde antes había funcionado el presidio. Una vez liberado, Jorge Antonio le promete la concesión de Mercedes Benz, o según otra versión le promete regalarle un Mercedes Benz... como fuera, al parecer no cumplió ninguna de las dos promesas.

Felipe Romero y su hijo Carlos con sus caballos

Carlos Romero el día de su Primera Comunión

Maria Cabezas de Romero; Catalina Papic; Chela de Speron y Michelina Calabretto de Isorna

Carlos Romero y una joven no identificada

Equipo de futbol del Club Deportivo Fueguino Felipe Romero, Saldivia, Carlos Rubinos, Juan Carlos Durante, Antonio Beros, Cacho Gavazzo, Pocho Lawrence, Isorna, entre otros. En algunas aparece Carlitos Romero como "Mascota" del equipo.

El matrimonio Romero tuvo tres hijos, y además crió a Apolinario Speron, hijo de un matrimonio español fallecido. El primer hijo fue Felipe “Tito” Romero, nacido el 24 de Febrero de 1938. Después, el 20 de Octubre de 1940, nació Isabel Perla, bautizada el 11 de Agosto de 1941 por el Pbro. Joaquín Coluzzi, siendo sus padrinos Pedro Mazzella y Esther Fadul. La niña falleció de pequeña, aun asi Luisa Fique la recuerda sentada con su prima Agustina, en la puerta de la casa familiar “…las dos rubiecitas, preciosas…”. . El último hijo fue Carlos Romero, nacido el 11 Septiembre de 1947.

Vicente, el hijo menor del matrimonio Cabezas-García, nació el 16 de Febrero de 1921. Ramón Rodríguez y Carmen González fueron sus padrinos en el bautismo oficiado el 12 de Abril de 1924 en la parroquia de Ushuaia.

Cuando llega la edad de estudiar sus padres deciden enviarlo a Punta Arenas, Chile, al mismo colegio donde su hermano José había sido un alumno destacado, pero Vicente duró allí apenas unos meses. Su conducta y su aplicación eran totalmente distintas a la de su hermano, y los encargados del colegio lo dejaron partir aliviados.

Una foto haciendo el servicio militar lo mostraba junto a Martín Lawrence, que era de su misma edad. Vivió casi toda su vida en Ushuaia, la mayor parte del tiempo en la casa de sus padres, que compartía con su hermana y su cuñado… y con todos los que alguna vez vivieron allí. Cualquier persona a la que se le pregunte en Ushuaia va a decir lo mismo de Vicente, que era un hombre bueno, muy bueno. Junto a su cuñado Felipe, eran entusiastas participantes de las carreras cuadreras que se organizaban en Ushuaia en las décadas del ’30 y ’40, y uno de los caballos en que corrían tenía el nombre de “Regalado”. Al parecer todos los primos tenían alguno, el de Chupi se llamaba “Rabanito”, y solían organizar salidas familiares y con amigos a caballo.  

Se casó con Thelma Dorothy Jara, pariente de su cuñado Romero, el 29 Mar 1952 en Ntra. Sra. de Lourdes con la que tuvo dos hijos, Daniel Vicente, nacido el 16 de Abril de 1953; y Gustavo Alejandro, que nació el día del cumpleaños de su padre, el 16 de Febrero de 1959.

Vicente Cabezas en Puerto Deseado, 1943

Vicente Cabezas, Cacho Gavazzo, Antonio Beros y Juan Carlos Durante frente a la casa de los Beros, invierno de Ushuaia

Vicente Cabezas y su caballo "Regalado"	Vicente con un amigo, camino al Olivia	Vicente Cabezas, Miguel Calderon, Luis Cardenas, Juan Zslatar (parado), Padre Colmegna, ?, Quena Martinez, Jorge Vrsalovic	Parados: ?, Andres Bronzovic, ? Sentados: Jorge Vrsalovic, ?, Jorge Litovic, ?, Mateo Mustapic, Vicente Cabezas; ?	Vicente y un uniformado en una cancha de fútbol; detrás, las casas del barrio "La Misión"	Vicente Cabezas
Vicente y Thelma el día de su casamiento			Vicente y Thelma con la familia Jara
Arr. Elena de Prada, su marido e hijos; Alcira Balbi, Vicente Cabezas; Felipe Romero; Thelma Jara; Maria Cabezas y la señora de Beros. Abajo: Delia Serra y Jose Cabezas con su hijo; Carlos Romero; Antonio Beros; Cacho Gavazzo y Robertito Beros Jose Cabezas; Vicente Cabezas; Thelma Jara; Antonio Beros con una niña en brazos y señora de Beros; Cacho Gavazzo y Robertito Beros			Arr. Elena de Prada, su marido e hijos; Alcira Balbi, Vicente Cabezas; Thelma Jara; Felipe Romero; Maria Cabezas y la señora de Beros. Abajo: Delia Serra y Jose Cabezas con su hijo; Carlos Romero; Antonio Beros; Cacho Gavazzo y Robertito Beros Tito Romero; Carlitos Romero; Vicente Cabezas; Thelma Jara; Antonio Beros con una niña en brazos y señora de Beros; Cacho Gavazzo y Robertito Beros

Daniel nació en Buenos Aires pero a los 40 días fue llevado a Ushuaia, donde vivió hasta los cinco años, en una casa que quedaba en la calle DeLoqui entre las calles 10 y 11. Cuando nació Gustavo, la familia ya se había mudado a la provincia de Buenos Aires, a una casa en Carapachay que era propiedad de Maria y Felipe Romero.

?, ?; Antonio Beros; Tito Romero; ?, ?, ?, ?, ?, ?, ?, ?, ?, ?, Yuko Bronzovic; Roque Sanchez Galdeano; ?, ?, ?, ?,

Delia Gavazzo; Chichina Buezas; Dolores Fernandez de Coppa; Carlos Romero; Carmen Coppa de Romero; Maria Cabezas de Romero

Casamiento de Carlos Romero  y María Isidra Nieto, "Yenyi"

Vicente Cabezas; Anne Chapman; ?; ?: Roberto Orellana; Maria Cabezas y Felipe Romero. Marzo de 1973

Vicente Cabezas; Anne Chapman;  Maria Cabezas y Felipe Romero. Marzo de 1973

El 10 de mayo de 1976, durante la última dictadura militar en la Argentina, Gustavo Cabezas salió de casa a la mañana muy temprano, a acompañar a una amiga, a la que le decían Kity. En la plaza de Martínez hubo un operativo, mediante el cual detenían a los colectivos de la línea 314 y hacían bajar a los pasajeros; el operativo era de Carapachay, donde vivían. Y al bajar todos del colectivo, esta chica echó a correr, le tiraron y la mataron, y a Gustavo lo subieron a un camión. Gustavo Alejandro tenía 17 años, era estudiante en el colegio Emilio Lamarca, de Ballester, estaba en 3° año. Thelma desarrolla una intensa actividad de búsqueda de su hijo, y forma parte de la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas.

El 7 de abril de 1979 a Vicente Cabezas lo llevan en un avión sanitario a Buenos Aires, con diagnóstico de cáncer de pulmón, paralizadas las piernas, y lo internan en el Hospital Español.

Thelma Jara de Cabezas fue secuestrada el 30 de abril, mientras se encontraba en la parada del colectivo en calle Rioja, cuando salía del Hospital. En el mes de agosto, es sacada de la ESMA y llevada a una confitería de la calle Pampa y Figueroa Alcorta, donde la entrevistan un reportero de la revista "Para ti" y un fotógrafo. Entonces, siguiendo las instrucciones que tenía de sus secuestradores confeccionan el reportaje que con nota de tapa apareció en el número de septiembre del '79 de la referida publicación, tratando de esa forma de desvirtuar las investigaciones y la veracidad de las denuncias que recibía la CIDH. Estando secuestrada en la isla del Tigre, la señora Jara de Cabezas es conducida al Uruguay en tres oportunidades, en vuelos de línea de Aerolíneas Argentinas y Austral, donde repite la misma farsa para distintos periodistas y medios extranjeros. Para los viajes a Uruguay le daban documentación falsa a nombre de Magdalena Manuela Blanco. La mujer fue torturada y obligada a enviar cartas al dictador Jorge Rafael Videla, al papa Juan Pablo II y miembros de organismos de derechos humanos, a los cardenales Primatesta y Aramburu, y también a su familia, todas remitidas desde Uruguay, en las que la declarante anunciaba la falsedad de su desaparición, explicando que había tenido que huir al vecino país por temor a una organización armada  que no estaba desaparecida, que su hijo Gustavo había muerto en un enfrentamiento y desprestigiar a los organismos de Derechos Humanos.

Cuando Thelma fue secuestrada su hijo Daniel estaba viviendo en México, y desde allí escribió varias cartas solicitando ayuda para encontrar a su madre y su hermano. A una de estas cartas respondió el escritor Julio Cortazar en el diario español "El país", el 21 de Agosto de 1979.

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