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Rio Grande en los años 40.

 

El Departamento Nacional de Higiene, dependiente del Ministerio del Interior, propone en el expte. Nº 45559-H, originado el 24 de Octubre de 1941 y presentado el día 10 de Noviembre, la creación de un Centro de Higiene Maternal e Infantil en la ciudad de Rio Grande, y la designación de personal para este centro. El 21 de Noviembre, el Vicepresidente de la Nación Ramón Castillo, en ejercicio del Poder Ejecutivo, decreta el nombramiento de la señorita Catalina Papic (Cédula de Identidad Nº 6323 expedida por la policía de Ushuaia, Tierra del Fuego) como enfermera (Ayudante 5º); del señor Victor Aniceto Bogado como peón (Ayudante 6º, en reemplazo de Luis Amado Royen, dejado cesante por no haberse presentado a ocupar el cargo); y de la señora Juana Francisca Verza de Bogado como preparadora de alimentos (Ayudante 6º). (Decreto Nº 105849)

 

El 24 de marzo de 1942, por el Decreto Nº116104, el Vicepresidente designa a Antonio Cabezas como Auxiliar estadígrafo (Auxiliar 8º) y a Carmen Elisa Davison de Gómez como enfermera visitadora (Ayudante Principal), en respuesta a la propuesta del Departamento de Higiene originada el 15 de Noviembre del año anterior por el Departamento Nacional de Higiene en su expediente Nº 47034.

 

Antonio era enfermero en la Asistencia Pública en Ushuaia, y a pedido del Dr. Zerpa se trasladó a Río Grande para la apertura de la sala de atención médica, ya que hasta ese momento la población se atendía en las dependencias del frigorífico CAP. Allí fue con ellos también Raúl Cárdenas Morais, que también trabajaba en el hospital de Ushuaia. Martin Lawrence (h) recuerda que Catalina y Antonio embarcaron en el pequeño puerto de Ushuaia con destino a Rio Grande. Cuenta que Catalina estaba tan nerviosa que tropezó  cuando abordaba la embarcación, y si Martin no hubiese estado ahi,  hubiera caido al agua con su bebe en brazos.

 

Aparentemente fue en Rio Grande que Catalina empezó a trabajar como enfermera, además del nombramiento recién citado, de allí son las primeras fotos que hay de ella con su uniforme blanco, una con todo el personal frente a la sala inaugurada, y otra con la Sra. Pastoriza de Zerpa, el hijo de esta y la pequeña Agustina asomada tras la pollera de Catalina.

 

Doña Dominga Stanic, antigua pobladora de Rio Grande refiere en relación a la salud en esa ciudad:

"En esos tiempos estaba el doctor Goytizolo en el frigorífico. Después me acuerdo del doctor Zerpa, del doctor Guillot, pero ya ellos eran de la década del 40. Más bien en el pueblo no hubo médico durante mucho tiempo. Éramos muy sanos... Después se puso en la casa de Bilbao una especie de dispensario y maternidad.

Ahí me daban rayos ultravioleta cuando iba al colegio. Nos obligaban a tomar rayos porque nos decían que el sol era muy débil. Me acuerdo que me ponían unos anteojos y había una enfermera yugoslava, una señora alta. Los remedios que tomábamos en esa época eran aceite de bacalao y emulsión de Scott, que era una leche espesa con vitaminas. Cuando nos dolía la barriga, nos ponían manzanilla en forma de cataplasma. Las cataplasmas de aceite de linaza eran para cuando uno tenía algo en los bronquios. También estaban las ventosas..."

 

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Actual intersección de Elcano y Jorge Newbery, construcción de altos de Don Francisco Bilbao. Comercio, maternidad -Centro de higiene materno infantil- sede social del club Almirante Brown...

Cata, Chupi, Emilia Vasendini la pequeña Etelvina Serpa Pastoriza

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Cata,  y Chupi

a orillas del Rio Grande

La pareja tenía su vivienda en el primer piso del edificio donado por la familia Bilbao. Otro viejo edificio llamado la casa verde funcionaba como prostíbulo del pueblo y estaba ubicado a unos cien metros del hospital. Se veían, al final de esa calle, dos faroles encendidos, uno del hospital y otro del prostíbulo, y muchos confundían el lugar al que querían llegar. Una noche casi ocurre una desgracia, cuando un hombre completamente borracho arremetió a golpe de puño la puerta de la sala, quejándose a los gritos de que las “chicas” le habían quitado su dinero. Catalina se asomó a la ventana para decirle al hombre que fuese a quejarse donde correspondía, y él, cada vez mas enojado, sacó su arma y disparó. La bala pegó en el marco de la ventana, a escasos milímetros de la cabeza de Catalina.

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Casa donada por la familia Bilbao en Rio Grande.

Raúl Cárdenas Moráis; Catalina Repetto; ?; Dr. Zerpa; Antonio Cabezas; Emilia Vasendini; Catalina

 

 

Otra anécdota de aquella época, que muestra la manía de Catalina por tratar de evitar el frió, ocurrió cuando Antonio le compró a su hija dos pares de zapatos de regalo, uno rosa y otro azul. Catalina puso un par a calentar sobre la estufa antes de calzárselos a la pequeña, y justo en ese momento alguien golpeó la puerta solicitando alguna atención. Resultado: se quemó uno de los pares de zapatos, lo que ocasionó una fuerte pelea de la pareja.

 

Después se mudan a una vivienda a la que llamaban "casa negra", en la zona donde vivían Don Casiano Perez y la familia San Tome. De esa época quedan los recuerdos del los almacenes de Raful y Salinsky, y lo de Gutraich, donde Agustina compraba caramelos de goma.

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Cata, Chupi, la señora Pastoriza de Serpa y su pequeña hija

frente a la sala de Rio Grande

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Don Casiano Perez y María Chamorro

 

1º parte: El origen

2º parte: El viaje

3º parte: Los Hombres

4º parte: En Rio Grande

5º parte: Dos mujeres solas

6º parte: El trabajo, las viviendas... y algunas distracciones

7º parte: Los amigos

8º parte: El Incendio de los Hospital y los últimos años de servicio

9º parte: La familia

10º parte: El regreso y el retorno

11º parte: Nona Cata

12º parte: Ciudadana Ilustre

13º parte: Los últimos años...

14º parte: El Homenaje

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