Los recuerdos de la vida en el Hospital son menos graciosos. En una ocasión, el suncho de una cama, esos antiguos que eran de acero, se suelta con tanta fuerza que le corta la pierna a Catalina. Decidida y valiente como era, no dudó en coserse sola, ya que no había nadie que pudiese hacerlo.

 

 

Estando allí “Chupi” tuvo varicela, sarampión, paperas. ¡Y eso que se la pasaba estudiando en su cuartito!.

 

En una ocasión hubo un incendio en una casa donde vivían 3 chilenos (uno de apellido Saldivia) que quedaron atrapados por el fuego. Cuando los llevaron al hospital, el olor a carne quemada se sentía por todos los rincones del viejo edificio, y Catalina, preocupada porque “Chupi” no apareciera por ahí y viera algo del horrible espectáculo, se aparecía en el cuarto a cada momento para recordarle que no saliese de ahí. Realmente fue algo horrible; Catalina tuvo que sacarle las botas a uno de los quemados, y al hacerlo queda con el hueso de la pierna expuesto.

 

Otra de las cosas terribles que tuvo que vivir Cata en el Hospital fue durante una noche de invierno en la que la nieve no dejaba de caer. Falleció un enfermo y estando ella sola de guardia quiso llevarlo a la morgue, que estaba en una especia de galpón cruzando el patio trasero del edificio. Cargando el cuerpo sale al patio y se resbala y cae, golpeándose muy fuerte, por lo que le llevó un tiempo recuperarse. Cuando vuelve a buscar el cadáver, había escarchado, y tuvo que calentar agua para poder sacarlo de su sepultura de nieve.

 

Su legajo de Salud Pública está lleno de amonestaciones, sus peleas con el Dr. Daminatto, que según parece era tan mal hablado como ella, eran famosas en el hospital de Ushuaia, y hay una anécdota también graciosa que le valió otra sanción, cuando preparando la sala de operaciones se le ocurrió a Catalina poner un banquito para que el Dr. Rossini, alcanzara la mesa, porque este médico era muy petiso… pero ella siempre sostuvo que en el hospital de la base naval, donde también trabajaba Rossini, le ponían el banquito para operar.

Cata pasó casi todo el año 1948 en Buenos Aires, internada en el Inst. Costa Buero, que dependía del Hospital de Clínicas. Según ella contaba había sido operada por el Dr. Matera, que fue Ministro de Perón. Pero Matera era cardiólogo, y Catalina fue operada de la columna, por lo que si hubo tal encuentro debe haber sido por algún otro examen. Vuelve con corset de yeso que la tuvo a maltraer durante un tiempo.

 

En 1949 Catalina y su hija se mudan a una pieza en la casa de Don Froilan Torres y su esposa Doña Clorinda, en Sarmiento y San Martín (en aquel entonces todavía se llamaban calle 14 y Godoy). Allí fue que vivieron, el 17 de diciembre, a las 4.20 am el violento terremoto de cuatro minutos de duración que hizo temblar toda la ciudad. 

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Festejo de personal del Hospital de Ushuaia

Juan Santana; Francisco López; ?; Atilio Velásquez; ?; ?; Alicia Bibé; Dr. Milcíades Reyna; Amelia Isorna de Benavente; ?; Victorio López; Maria Imaray; Catalina Papic; Isabel "Chube" Macías; ?; Emilia Pitoiset; ?; Emilia Miranda. Niño desconocido

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Festejo de personal del Hospital de Ushuaia

?; ?; Maria Imaray; Isabel "Chube" Macías; ?; Emilia Miranda; Catalina Papic; ?; Emilia Pitoiset; Amelia Isorna de Benavente

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Enfermeras de Ushuaia en 1953

Ida Rizzi; Emilia Miranda; Catalina Papic; Emilia Pitoiset; Alicia Eiras de Bibé; Amelia Pontoni

 

El sismo estuvo compuesto por una serie de movimientos sísmicos, que tuvieron una magnitud de 7,5 grados en la escala de Richter. El epicentro del primer sismo se localizó en el oeste de la Isla Grande de Tierra del Fuego, a 69°W 54° 14′ 0″ S 69° 0′ 0″ O, y su hipocentro a una profundidad de 30 km. El último hipocentro registrado (a las 22:30 GMT) tuvo una profundidad de 70 km. Éste ha sido el más potente terremoto registrado en el sur de Argentina y uno de los más importantes en el extremo austral chileno. Fue sentido con una intensidad de grado VIII en la escala de Mercalli, y afectó los asentamientos de la isla y varias localidades más al norte, como la ciudad de Río Gallegos, capital de la Provincia de Santa Cruz.

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Gerardo Ubaldo Lorenzo Martinez, en su Cessna T-50

Ushuaia, 1947

“Chupi” sufría entonces de una afección que en ese entonces fue diagnosticada como "tos convulsa", tema que tenía tan preocupada a Cata que hasta había logrado, tras mucho insistirle, que el aviador Sr. Gerardo Ubaldo Lorenzo Martinez, que era amigo del tío Romero, la llevara a hacer un paseo en su Cessna T-50, porque se decía que viajar en avión curaba esa enfermedad. La cuestión es que fue el terremoto lo que curó a Agustina, vaya uno a saber si por el susto o por que otro motivo.

 

En esa época también Cata le compró a Chupi su primera bicicleta. La niña aprendió sola a manejar la bici, tirándose por la aún hoy empinada calle Sarmiento… los que saben dicen que es la manera mas difícil de aprender, y eso habla de una constancia y ansias de aprender que mantuvo toda su vida.

 

 

Aproximadamente a fines de ese año viajan a Bs. Aires por trámites que Cata debía hacer en el Ministerio de Salud. Las espera en el aeropuerto una de la hijas de la numerosa familia de Don José Romero y las lleva a su casa en Caballito o Flores. Ahí Antonio pasa a buscar un par de veces a su hija y la lleva a pasear. Es la última vez que lo ve. Después se van Cata y Chupi a la casa de una hermana de Jorge Ivandić, Juana de Topić, en Dock Sud, donde paran unos días que comparten con Chicha Fique de Ivandić y su hija Nilda.

Poco después Catalina tuvo un nuevo candidato, un siciliano cuyo nombre quedó en el olvido perdurando solamente el recuerdo de su piel muy oscura, casi negra, y un regalo que le hizo a Catalina, un acolchado de raso rosa… la relación no prosperó porque la hija se opuso al pretendiente.

 

Francisco Fernández Giménez

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Cedula de Chupi a los 12 años, con el nuevo corte de pelo

Y Catalina no volvió nunca a formar pareja, dedicándose exclusivamente a su hija y su trabajo en el hospital.

 

Después se mudaron a Godoy y la calle 12, a la casa de Doña Mercedes Arista, conocida como "la Mecha". En ese edificio había funcionado hasta la década de 1930 el prostibulo de Ushuaia, y despues de la prohibición la Mecha, su última ocupante, se había juntado con Manuel Fernández, apodado "el Niño", y tenia una tienda y una pensión en la antigua casa de citas. El hermano del Niño, Francisco Fernández Giménez, al que le decían “el Gordo”, un importante comerciante de la época que tenía una carnicería enfrente de la iglesia nueva, y Cata coqueteaba con él para pedirle carne gratis para el hospital: “dame esto, mira, si ya se te esta por poner feo”, le decía. Y “el Gordo” contestando “Ay Catita, mire que es usted, eh!”, accedía por lo general a su pedido. Don Francisco, un personaje siempre al margen de la ley, falleció años después en el Asilo de Ancianos de Rio Grande.

 

La Fundación Eva Peron llevó de paseo a Buenos Aires a algunos niños fueguinos en el año 1950 o 51, y Agustina viajó con sus primos. Estando allí vio a su papá por última vez.

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Chupi con Nené Duarte, Chino Rosado, Sra. Aurora Olmo de Duarte, Cristina Restovich, Noemi Duarte Olmo, ?, y Amelia Norma Muriel

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De regreso en Ushuaia, una noche durante la cena, a Cata le pareció ver liendres en su cabeza, e inmediatamente la empapó en kerosene y la envolvió con una toalla que tuvo que tener toda la noche, a pesar del ardor y la molestia. Al otro día, después de lavarla con jabón blanco, enjuagarla con vinagre y una tortuosa sesión con un peine fino, le hizo unas trenzas tan tirantes que le hacían doler la cabeza. Dispuesta a no soportar mas esa tortura, Chupi pasó por la peluquería de Jorge Ivandić y se hizo un corte "a lo Cristóbal Colon", un primer acto de rebeldía que aunque le costó una paliza la salvó de las trenzas!

En 1952 Catalina tuvo problemas por no querer ser obsecuente con el poder de turno, se negó a llevar la cinta de luto por la muerte de Evita, lo que provocó una fuerte pelea con Esther Fadul, delegada de Tierra del Fuego en la Cámara de Diputados de la Nación y amiga del General Perón. Su amigo Ivandić también era “anti”, y después de la muerte de Evita, algunos se habían juntado a hablar mal del peronismo en la peluquería que tenía en su casa, y al otro día apareció una cruz negra pintada en la puerta.

Cata vuelve a vivir a lo de los Romero en 1953 cuando Chupi se va a Buenos Aires a estudiar, en parte becada por el ministerio de Educación, y también con la ayuda de Don Martínez, un señor que vivía con su hija Estela en una casita en la esquina de Maipú y Don Bosco, donde antes había estado "El Primer Argentino". Eligen el Colegio de la Inmaculada Concepción en Lomas de Zamora porque allí estudiaba Pichona Monachon, que después sería la primera fueguina recibida de abogada. Chupi vive el primer año con la familia Monachon, pero después queda pupila en el colegio, y su tutor era el Dr. Milcíades Reyna, que había sido odontólogo en Ushuaia. 

Durante esos años, Cata tuvo otra internación, esta vez en el Hospital Rivadavia; y su hija la iba a visitar los fines de semana, las monjas la acompañaban en tren hasta la estación de Constitución, y después tomaba sola el tranvía que la dejaba en el hospital. Cuando le dan el alta para en el departamento de Petrona Morel, en la calle Gascon, cerca de la Av. Corrientes. 

Ya de vuelta en Ushuaia, le toca vivir el 6 de Noviembre de 1954, el terrible aluvión que inundó gran parte del pueblo, produciendo daños considerables. Una consecuencia de este fenómeno, fue la desaparición del chorrillo que era el “excusado” de la casa de los Cabezas.

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Enero de 1954, cumpleaños número 14 de Amelia Muriel. Se ve a Nela Soro y su hermano, Cacho Muriel, Amelia Norma Muriel, Pelusa Muriel, Nilda Ivandic, Marta Muriel , Mary Muriel, Raul Muriel, Pity Garea, Pilu Muriel, Chupi Cabezas, Ada y el Negro Muñoz, Felipe Ivandic, Nene Duarte, entre otros.

 

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Chupi y Cata 

 

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Chupi con el uniforme del colegio

 

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La calle 10 vista desde Maipú

durante la inundación

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La calle 10 vista desde San Martin

durante la inundación

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Marta Bibé y su hija Mara en brazos de Cata, Chupi a la derecha.

Agustina decide que no quiere terminar sus estudios y regresa a Ushuaia a fines de 1956. En principio trabaja en la tienda de Bernardo Pocorsky, en San Martín y 25 de Mayo. Don Bernardo vivía  DeLoqui y Roca, era amante de la música clásica, le gustaba salir, la vida social, y se hizo muy amigo de Chupi y Cata.

Para esa época, a fines de la década del 50, el Capitán de Navío Alberto M. De Marotte le presta a Cata la casa 509 del barrio Alte Brown, donde vivieron varios años. Allí hicieron amistad con los vecinos, en la casa 508 vivía el matrimonio Palma; y el matrimonio Olariaga, que tenía mellizos, habitaba la 510.

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Chupi en la carroza en Comodoro Rivadavia

A principios de la década del `60, el club "La estrella" (creo que quedaba en San Martín y Piedrabuena) tenía a Amelia Muriel como candidata para ganar el concurso de belleza que elegiría a la reina ushuaiense que luego enfrentaría a la de Río Grande para viajar a competir por el titulo de “Reina Nacional del Petróleo en Comodoro Rivadavia. A Chupi la convencen de representar al club Andino en el concurso y gana. Viaja con Cata y el Gob. Ernesto Manuel Campos a Río Grande, compite con " la Gallega" Alonso y gana. Después viaja, con los mismos acompañantes, a Comodoro Rivadavia, donde finalmente es elegida Primera Princesa.

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1º parte: El origen

2º parte: El viaje

3º parte: Los Hombres

4º parte: En Rio Grande

5º parte: Dos mujeres solas

6º parte: El trabajo, las viviendas... y algunas distracciones

7º parte: Los amigos

8º parte: El Incendio de los Hospital y los últimos años de servicio

9º parte: La familia

10º parte: El regreso y el retorno

11º parte: Nona Cata

12º parte: Ciudadana Ilustre

13º parte: Los últimos años...

14º parte: El Homenaje

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